Hombro

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Tendinitis de manguito de los rotadores

Tendinitis de manguito de los rotadores.

La causa más frecuente de dolor del hombro es la inflamación de los tendones que forman el manguito de los rotadores (65%).

El manguito de los rotadores está formado por un grupo de músculos y sus tendones, que cubren la cabeza del húmero. Su función principal es estabilizar el hombro, elevar el brazo hacia fuera y girar el hombro hacia adentro y hacia fuera.

Puede presentarse de forma aguda (instaurándose en horas con intenso dolor en cara anterior y externa del hombro), pudiendo simular dolor de origen coronario o crónica (instauración en semanas o meses).

Se intensifica por las noches e irradia por el brazo, antebrazo hasta el codo. Esta irritación tendinosa puede asociarse al depósito de calcificaciones en el tendón (supraespinoso sobre todo).

Tratamiento mediante fisioterapia, reposo articular y antiinflamatorios. Si fracasan estas medidas se puede considerar la realización de infiltraciones con anestésico y corticoide.

Otra alternativa de tratamiento es el terapia con infiltración/lavado de suero fisiológico a presión bajo control ecográfico o la aplicación de ondas de choque (con sus indicaciones específicas).

Rotura de manguito de los rotadores

Rotadores del hombro

El manguito de los rotadores cubre la cabeza del húmero y su rotura puede afectar a uno o a varios tendones y ser de espesor parcial o total.

El tendón supraespinoso es el tendón que se rompe con más frecuencia.

Las roturas de espesor total tienen tendencia a hacerse más grandes por retracción del tendón, y su tratamiento es más urgente que el de las parciales.

Existen dos causas principales de lesión de los tendones del manguito de los rotadores:

 

Lesión aguda

Si el paciente se cae sobre el brazo extendido o levanta algo muy pesado con un movimiento brusco podría lesionarse el manguito de los rotadores. Este tipo de rotura puede ocurrir asociado a luxaciones de hombro.

 

Lesion crónica

Nadadora

La mayoría de las roturas son el resultado del desgaste del tendón, que ocurre lentamente con el paso del tiempo. Con la edad empeora la circulación y el menor aporte sanguíneo al tendón disminuye su capacidad de auto-reparación.

El manguito (tendones del hombro) pasa por un desfiladero (espacio) entre la cabeza del húmero que forma el suelo y el acromion y la clavícula que forman el techo. Este espacio, relativamente estrecho, disminuye al levantar de lado el brazo y al girar el hombro hacia adentro. Con la aparición de la artrosis disminuye la altura de ese desfiladero y comienza a rozar/ irritar el tendón (síndrome del roce). Esto explica por qué las lesiones son más comunes en personas mayores de 40 años que realizan actividades que involucran movimientos repetidos de los brazos por encima de la cabeza. Las roturas son más frecuentes en el lado dominante.

Generalmente, los desgarros del manguito de los rotadores en personas jóvenes se asocian a inestabilidad asociada del hombro que provoca un ascenso de la cabeza del húmero.

Los pacientes con rotura en el manguito refieren dolor, sobre todo en la cara lateral del brazo-hombro, y con frecuencia pierden fuerza para separar y rotación externa. Es característico de la rotura el dolor nocturno en reposo que dificulta conciliar el sueño. La intensidad del dolor y la debilidad varía mucho de persona a persona. Algunos pacientes notan pequeños ruidos en el hombro con los movimientos.

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La exploración orienta en el diagnóstico y se puede confirmar con una ecografía o una resonancia. La resonancia es una adecuada prueba para planificar el tratamiento, ya que nos indica el tamaño y la localización de la rotura, el grado de atrofia del músculo y la presencia de lesiones asociadas. En roturas parciales puede ser útil la realización de una Artro-resonancia (resonancia con contraste).

El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y recuperar la función. Al planificar el tratamiento, tenemos en cuenta su edad, el nivel de actividad, la salud general y el tipo de rotura que se presenta.

El tratamiento no quirúrgico está indicado en roturas parciales de pequeño tamaño y con pocos síntomas, en pacientes muy mayores o con problemas médicos que contraindiquen la intervención.

El primer paso para la recuperación es evitar el exceso de actividad que involucre movimientos repetidos del brazo por encima de la cabeza.

El frío local sobre el hombro y los antiinflamatorios pueden ayudar con el tratamiento del dolor. Del mismo modo la fisioterapia puede ayudar a bajar la inflamación y a recuperar la movilidad y la fuerza.

Cuando se presenta una inflamación de la bursa (bursitis), la infiltración de un antiinflamatorio puede ser eficaz. No deben ponerse más de tres infiltraciones separadas entre sí por dos o tres meses.

Artroscopia de hombro

En pacientes jóvenes con inestabilidad asociada es útil la potenciación de la musculatura intrínseca del hombro, sobre todo rotadores internos y estabilizadores de la escápula.

En los pacientes asintomáticos con rotura del manguito es necesario hacer un seguimiento clínico con resonancia o ecografía. A los cinco años el tamaño de la rotura habrá aumentado en un 40%, y de estos pacientes, un 20% seguirán sin síntomas y el 80% comenzará a tener síntomas.

En la cirugía artroscópica de hombro se introduce el artroscopio a través de una pequeña incisión y se conecta a un monitor de video que permite ver el interior del hombro. Se hacen de dos a tres pequeñas incisiones adicionales para permitir la introducción de otros instrumentos. La cirugía consiste en reparar el manguito de los rotadores (conjunto de tendones del hombro que ayudan a realizar movimientos) y fijarlos de nuevo al hueso utilizando unos anclajes con suturas.

Tienen peor pronóstico los pacientes mayores de 70 años, fumadores, diabéticos, pacientes con atrofia muscular e infiltración grasa en el manguito (lesiones de larga evolución o crónicas).

Rotura del pectoral mayor

Pectoral mayor Rugby

La ruptura del pectoral mayor es una lesión infrecuente (aunque no rara). Suele ocurrir en deportes de mucha fuerza o contacto físico, e incluso se ha relacionado con el uso de esteroides o anabolizantes. Los deportes como el rugby, el fútbol americano, el culturismo,.. son algunas de las prácticas donde más lesiones hay de este tipo.

Son más frecuentes las roturas parciales que las roturas totales. Los pacientes refieren un pinchazo súbito, acompañado de un chasquido, y pronto aparece un hematoma.

Como en la mayoría de las lesiones, un tratamiento rápido ayudará a obtener mejores resultados. Se puede optar por la vía quirúrgica o por una opción conservadora. La diferencia entre estas dos opciones viene dada en el paciente, ya que dependiendo del tratamiento, puede perder más o menos fuerza en el músculo pectoral.

Hay que realizar un diagnóstico y tratamiento rápido y eficaz. En deportistas profesionales de deportes de contacto o fuerza, se debería optar por la cirugía ya que el músculo pierde fuerza. Si no se trata podría no volver a incorporarse a la práctica de su disciplina

Inestabilidad del manguito. Hombro del lanzador

El hombro del lanzador viene definida como toda aquella patología dolorosa del hombro, de origen multifactorial, que aparece como resultado del gesto de lanzamiento.

Lanzador

Esta lesión, como su propio nombre indica, se produce fundamentalmente en deportes que implican lanzamientos, como el balonmano, el waterpolo, el béisbol, etc.

Cuando el deportista presenta esta lesión su rendimiento baja, llegando a obligarle a parar en repetitivas ocasiones e incluso a susender su actividad de forma definitiva.

La evolución patológica del cuadro clínico del hombro del lanzador comienza con la presentación de una contractura en la zona posterior. A partir de este momento se asocian alteraciones del eje del hombro y como consecuencia de esto, se pueden sumar otras lesiones ( rotura de manguito, lesiones del labrum plenoideo,..).

La fase del lanzamiento en la que mayor número de lesiones se producen, es al final de la preparación (en rotación externa máxima) y afectan al manguito de los rotadores, al labrum, y a la superficie articular.

Se opta por la vía quirúrgica cuando se agota el tratamiento conservador. Es decir, cuando con este tratamiento el paciente ya no mejora, continúa el dolor y baja el rendimiento deportivo.

Fracturas de clavícula

Las fracturas de la clavícula se presentan con mucha frecuencia en el mundo del deporte. Las caídas sobre el hombro son la causa principal, siendo muy habituales en esquí, ciclismo, motociclismo y deportes de contacto.

El tratamiento conservador con inmovilización con vendaje en ocho consigue buenos resultados en la mayoría de los casos. Normalmente no reduce anatómicamente la fractura y es incómodo de llevar. Por esta causa y por la necesidad de una vuelta precoz al deporte, se recomienda la intervención quirúrgica en los casos de pacientes que quieran recuperarse pronto para iniciar una actividad deportiva.

Clavícula antes
Clavícula después

En pacientes sin especial interés en incorporarse al ejercicio, el tratamiento ortopédico (conservador) sigue siendo recomendado. Tanto en las fracturas operadas como en las no operadas existe el riesgo de que el hueso no consolide y entonces hablamos de pseudoartrosis de clavícula. En estos casos debemos operar siempre que esta ausencia de consolidación sea dolorosa.

Luxación acromioclavicular

Tras un antecedente traumático se puede percibir una deformidad a nivel de hombro como consecuencia de la rotura de los ligamentos que estabilizan la articulación (acromioclavicular).

Hombro

Si es dolorosa se puede plantear la cirugía mediante el implante de dispositivo.

Luxación acromioclavicular

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